
Modernas o antiguas, las sirenas son sirenas y su canto sigue atrayendo e hipnotizando a los hombres que las escuchan. Los más misteriosos y sabios pueden hacerse los sordos ante el canto de las sirenas comunes, pero cuando a la sirena se le añade cafeína, la mezcla es sencillamente irresistible.
2 comentarios:
sirena más cafeína... difícil resistirse, sí.
¡Imposible diría yo! :)
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