El silencio transmisivo que a veces pasa mas por obscurantismo de prensa y publicación que parece circundar con cada vez más cercanía a este blog preocupa tanto a sus seguidores como a su cronista.
Destáquese que dicha preocupación en realidad jamás ha sido expresada al cronista por ninguno de estos seguidores pero sin embargo uno que otro comentario despiertan nuevamente la chispa Misterial (sí, M I S T E R I A L )
En fin, luego de cierto período de latencia, el infinito arca de imágenes y crónicas de nuestro S.M. manifestó esta imagen:
y al reverso de la misma reza:
"D3 nuevo me encuentro D3negando mi D3mencia
D3 nuevo D3 nadie al rededor me nutro
D3 nuevo D3splazo sentimiento por sentimiento.
Aunque D3more lo D3plorable, D3 nada sirve;
D3 nuevo pierdo la cabeza para volver a darle vida al corazón."
(Transcripción textual)
El peculiar trazo de algúnas letras E, es el misterio que ofrece este espacio al juicio de sus seguidores en los que sin duda existe una respuesta.
.. en busca diunos centavos.
Es domingo y al Señor Misterioso le da por la retrospección mas que por la contemplación.
Una breve parada para un breve saludo al señor Andersen (Hans Christian) quien se hizo el yo no fui y prestóle mínima atención a nuestro aventurero pequeño gran señor lleno de misterio que sin falta de glamour ni de ofendida elegancia, retiróse a los afamados jardines...
... afamados jardines que cautiváronlo...
Al rato un tatuaje inspeccionó
y al final muy feliz entre pequeñas colinas terminó.
Luego de un refrescante raspadito para apaciguar el calor, visitó a una vieja comadre mientras faenaba cortando frutas y le pidió que por favor cerrara un poco las piernas, que mantuvieran el respeto en la relación.
También ofreció su luminosa persona para asistir a un viejo pirata, sin preocuparse demasiado por sus intensiones.
Y finalmente, cómo no hacerlo, a retratarse en esto que reúne lo mejor de argentina, tango y carne.
Una vez aquí, a modo de confesión y algo avergonzado, dice que pensaba que Nuestra Señora era el complemento femenino de Nuestro Señor (Misterioso, osea Él mismo.. en...tien..den...?) que al parecer con ansias esperaba encontrar. 
... nada.
Había una vez un barquito que no era chiquitico y que definitivamente podía navegar, pero que para atravesar de un océano a otro tenía que pagar peaje y es exactamente a esto a lo que se bajó el Señor Misterioso.
Y como siempre siempre se tiene que socializar, a los panas panameños nuestro S.M. invita una ronda de birra local.
