viernes, 29 de enero de 2010

Mucho más que indias...

... hay en Cartagena.

Luego de un refrescante raspadito para apaciguar el calor, visitó a una vieja comadre mientras faenaba cortando frutas y le pidió que por favor cerrara un poco las piernas, que mantuvieran el respeto en la relación.



También ofreció su luminosa persona para asistir a un viejo pirata, sin preocuparse demasiado por sus intensiones.

Y finalmente, cómo no hacerlo, a retratarse en esto que reúne lo mejor de argentina, tango y carne.

miércoles, 20 de enero de 2010

Dr. Nagual


"Dichosos los ojos que lo ven querido nagualito" saluda nuestro S.M. en esta ocasión a la divinidad entronizada frente a su resplandeciente figura.
"Grandioso el universo que nos cruza de nuevo; ¿le puedo ofrecer un mordisquito?" le responde.

Lamentablemente para el apetito curioso de nuestros seguidores, este cronista solo pudo mantenerse atento hasta este punto de la conversación, los eventos que siguieron, a riesgo de ser demandado por la fundación Castaneda, no pueden ser publicados.

Pero ya se imaginarán...!

domingo, 17 de enero de 2010

oh la....


La observa, ahí, parada y erecta como si nada mas en el mundo importara sino su verticalidad metálica y no pudiendo sacudirse ese súbito arrebato quizás celoso se fue a visitar a Nuestra Señora.

Una vez aquí, a modo de confesión y algo avergonzado, dice que pensaba que Nuestra Señora era el complemento femenino de Nuestro Señor (Misterioso, osea Él mismo.. en...tien..den...?) que al parecer con ansias esperaba encontrar.

La ciudad del amor afecta a cualquiera, por muy misteriosa y glow in the dark que sea su aura, y siempre causará impresión en este cronista cuando S.M. se muestra tan mundanamente humano.

nada, nada...


... nada.
Frente a esto, aunque se le antojó lo suficientemente curioso como para acercarse, a nuestro Misterioso viajero no se le ocurrió nada.

"Chúpate esta" le cruzó por la mente, pero inmediatamente lo descartó por vulgarmente obvio.

martes, 12 de enero de 2010

Canal, de pana.

Había una vez un barquito que no era chiquitico y que definitivamente podía navegar, pero que para atravesar de un océano a otro tenía que pagar peaje y es exactamente a esto a lo que se bajó el Señor Misterioso.

Y como siempre siempre se tiene que socializar, a los panas panameños nuestro S.M. invita una ronda de birra local.