... hay en Cartagena.
Luego de un refrescante raspadito para apaciguar el calor, visitó a una vieja comadre mientras faenaba cortando frutas y le pidió que por favor cerrara un poco las piernas, que mantuvieran el respeto en la relación.
También ofreció su luminosa persona para asistir a un viejo pirata, sin preocuparse demasiado por sus intensiones.
Y finalmente, cómo no hacerlo, a retratarse en esto que reúne lo mejor de argentina, tango y carne.
§ Â vėńüś fłÿîńgtræp îń thé çîrćüś
Hace 1 año