"Dichosos los ojos que lo ven querido nagualito" saluda nuestro S.M. en esta ocasión a la divinidad entronizada frente a su resplandeciente figura.
"Grandioso el universo que nos cruza de nuevo; ¿le puedo ofrecer un mordisquito?" le responde.
Lamentablemente para el apetito curioso de nuestros seguidores, este cronista solo pudo mantenerse atento hasta este punto de la conversación, los eventos que siguieron, a riesgo de ser demandado por la fundación Castaneda, no pueden ser publicados.
Pero ya se imaginarán...!
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